¿Qué son las hemorragias? Se denomina hemorragia a la salida más o menos copiosa de sangre de una vena o arteria por rotura accidental o espontánea de la misma.
🔴 En este artículo encontrarás:
1. Cómo se clasifican las hemorragias
- Hemorragias según el sitio en que se produce
- Hemorragias según el tiempo en que se produce
2. Cuáles son los síntomas de una hemorragia
3. Cómo aplicar los primeros auxilios en caso de hemorragia
- Si la hemorragia es de mediana intensidad
- Si la hemorragia es muy abundante
4. Cuál es el uso del torniquete en primeros auxilios en caso de hemorragias
- Cuánto comprimir un torniquete
CÓMO SE CLASIFICAN LAS HEMORRAGIAS
Son muchas las clasificaciones que pueden hacerse de las hemorragias, pues cada una de ellas encara un aspecto diferente. Sin embargo, la clasificación más común de las hemorragias son:
Hemorragias según su causa
Las hemorragias según su causa pueden dividirse en traumáticas y patológicas.
- Hemorragias traumáticas: son las producidas por un agente externo que, obrando bruscamente sobre los tejidos, corta o desgarra vasos sanguíneos.
- Hemorragias patológicas: son las hemorragias producidas por una enfermedad, sea local del vaso que sangra, como un aneurisma; ya sea general, como el escorbuto, la púrpura hemorrágica, etc.
Hemorragias según su tipo
Las hemorragias según su tipo pueden dividirse en arteriales, venosas y capilares, según que el vaso que sangra sea un arteria, una vena o los capilares. Con frecuencia, en una misma herida se presentan hemorragias de dos o tres de estos tipos simultáneamente.
Hemorragia arterial
La hemorragia arterial es habitualmente el tipo más peligroso de hemorragia. Por lo general, las hemorragias arteriales se reconocerán por las siguientes características: (a) La sangre es de color rojo vivo, clara y rutilante.
(b) Sale un chorro fuerte animado de aumentos intermitentes que se producen con cada latido del corazón. No obstante, cuando la hemorragia arterial se produce profundamente en una herida, el chorro intermitente puede no observarse en el exterior, pues choca contra los tejidos profundos lesionados. Sin embargo, se reconocerá igualmente su origen arterial por su color rojo claro y su abundancia.
(c) La sangre viene rápidamente. Puede suceder que la herida haya seccionado simultáneamente una arteria y una vena; en ese caso la sangre presentará un color más oscuro. La cantidad de sangre será, en este caso, aún más abundante.
Hemorragia venosa
Cuando la lesión es de una vena, la sangre es de color rojizo muy oscuro y sale habitualmente en forma continua, sin fuerzo debido a la poca presión que tiene la sangre en las venas.
Si la vena lesionada es gruesa, la sangre sale en chorro abundante y continuo, y puede hacerse peligrosa. Tratándose de las heridas de los gruesos troncos venosos de la base del cuello, existe el peligro de la penetración de aire, que irá al corazón donde puede ocasionar una embolia gaseosa con peligro de la vida.
Hemorragia capilar
En las hemorragias capilares, la sangre, de color intermedio entre el rojo vivo de la sangre arterial y el rojo oscuro de la sangre venosa, brota en forma de pequeñas gotas. En general, la cantidad que brota no es abundante ni muy persistente, a menos que se trate de una persona con púrpura, hemofilia o alguna enfermedad que modifique la coagulación sanguínea o el comportamiento de los vasos.
Hemorragias según el sitio en que se produce
Según el sitio donde se produzca, la hemorragia será externa o interna.
- Hemorragias externas: la hemorragia externa es aquella cuyo origen es visible, habitualmente producida por una herida de la superficie el cuerpo, en cuyo caso la sangre se derrama al exterior.
- Hemorragias internas: la hemorragia interna es la que se produce en una cavidad cerrada, por ejemplo, la producida en el peritoneo por ruptura del bazo o del hígado. Estas serán las hemorragias internas propiamente dichas. Cuando ocurren en un órgano hueco que comunica por naturaleza con el exterior, como el estómago o el pulmón, en los que, después de producidas, la sangre es generalmente expulsada al exterior, constituyen realmente un tipo mixto de hemorragia: interna en el momento de producirse, y externa cuando se expulsa la sangre al exterior.
Hemorragias según el tiempo en que se produce
Tomando en cuenta el tiempo o momento en que se producen, pueden dividirse las hemorragias en inmediatas, tardías y secundarias.
- Hemorragias inmediatas: este tipo de hemorragias son muy habituales. En ellas la lesión del vaso es seguida inmediatamente por el derrame de sangre.
- Hemorragias tardías: la hemorragia tardía sobreviene minutos u horas después de la lesión. Un ejemplo grave de dicho tipo de hemorragia, es el caso de la arteria principal de un miembro que ha sido arrancado, que a veces no sangra por un tiempo, debido al tapón que forma el arrollamiento hacia adentro de la capa interna del vaso y al descenso de la tensión arterial que produce la pérdida de conocimiento ocasionada por un traumatismo de tal gravedad.
- Hemorragias secundarias: se llama hemorragia secundaria la que se produce días después de alguna intervención quirúrgica o traumatismo. Se debe, ya sea a la caída de tejidos muertos, comúnmente llamada escaras, o a alguna infección.
CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE UNA HEMORRAGIA
Por lo general, uno de los síntomas más comunes de una hemorragia es el desmayo, el cual se provoca debido a la vista de la sangre, lo cuál en muchos casos es favorable, pues el descenso que provoca en la tensión arterial el desmayo tiene a detener la hemorragia.
Si la hemorragia se había detenido o disminuido, puede reaparecer cuando el accidentado recobra el conocimiento. Si la pérdida de sangre es abundante, aparecen en rápida sucesión o casi simultáneamente los síntomas que han recibido en su conjunto el nombre de anemia aguda.
Otros de los síntomas de las hemorragias son debilidad creciente, anhelo de aire, mareos, zumbidos en los oídos y sed. La tensión arterial desciende, y el pulso se hace rápido y débil. Hay intranquilidad, nerviosidad y aun excitación nerviosa en el herido.
La piel se pone pálida y fría, los labios y las uñas sin color y a veces ligeramente azulados. La respiración, al principio acelerada y profunda, termina por hacerse lenta y superficial. Pueden también aparecer náuseas y vómitos y síntomas de shock, como sudores de fríos, etc.
También las pupilas se dilatan, hay sequedad de la lengua y la voz se hace muy débil. Si se observan las mucosas se ve que están sumamente pálidas. Por último sobreviene el síncope, con pulsaciones irregulares y espaciadas, y si no se interviene, la muerte.
Si no se detiene la hemorragia y se dan en cambio estimulantes del corazón y de la respiración, la pérdida sanguínea persiste o aumenta, con lo que se agrava aún más al paciente.
CÓMO APLICAR LOS PRIMEROS AUXILIOS EN CASO DE HEMORRAGIA
En general, las medidas de primeros auxilios en caso de hemorragia son:
- Acueste al herido. Si la hemorragia ha sido grande, coloque la cabeza más baja que los pies. La quietud de la parte herida ayuda a la formación de un coágulo.
- Si la herida está cubierta por ropa, descúbrala. Evite cualquier comprensión del cuerpo, aflojando el cuello, el cinturón, y toda ligadura. Evite el enfriamiento del accidentado.
- Si la herida asienta en un miembro, eleve ese miembro.
- Detenga la hemorragia por alguno de los métodos temporarios o provisorios que se mencionan a continuación:
Si la hemorragia es pequeña
- Basta, casi siempre, con hacer presión directamente sobre la herida con una almohadilla hecha con gasa esterilizada, o en su defecto, con pañuelos limpios u otra pieza de ropa bien limpia y recientemente planchada.
- Por encima de la almohadilla puede colocarse algodón, manteniendo la presión, una vez que se ha visto que da resultado, con una venda que comprima medianamente.
Si la hemorragia es de mediana intensidad
A) Si hay un chorro mediano, de sangre roja clara, intermitente.
- Presione entre el corazón y la herida con los dedos.
- Si la hemorragia cesa es que está presionando en el lugar adecuado. Si no logra encontrar el lugar donde presionar, haga presión directamente sobre el borde de la herida o sobre la herida misma por medio de una gasa esterilizada o pañuelo limpio. Sin aún no cesa, ponga provisoriamente un torniquete.
- Si no cesa, ponga un torniquete entre la extremidad del miembro y la herida, y si aún no fuese bastante, ponga otro entre la herida y el corazón para detener la llegada de la sangre arterial que retornarla por la vena lesionada.
Si la hemorragia es muy abundante
A) Si hay un chorro grueso intermitente.
- Ponga un torniquete lo más pronto posible como tratamiento provisorio entre el corazón y la herida. Más adelante, en este mismo artículo le mostramos cómo hacerlo.
- Si no sabe poner un torniquete ni conoce los puntos donde presionar sobre la arteria, simplemente ponga los dedos en la herida y presione el lugar de donde viene el chorro.
- Es muy probable que contamine la herida con esta acción, pero lo importante es salvar la vida del herido.
B) Si hay un chorro grueso continuo de sangre oscura.
- Coloque un torniquete entre la extremidad del miembro y la herida, o presione entre la herida y la extremidad del miembro.
CUÁL ES EL USO DEL TORNIQUETE EN PRIMEROS AUXILIOS EN CASO DE HEMORRAGIAS
El torniquete es una banda de constricción que se aplica a un miembro, de tal manera que pueda apretarse hasta el punto de detener el paso de la sangre arterial.
![]() |
Un torniquete, una de las herramientas más utilizadas en los primeros auxilios para detener una hemorragia. |
En los primeros auxilios en caso de hemorragias, el torniquete se le utiliza mayormente con el fin de detener una hemorragia arterial importante, y otras veces con menor comprensión para impedir que pase a la circulación general el veneno inoculado en una herida por una serpiente u otro animal ponzoñoso.
Con un torniquete aplicado correctamente y a tiempo pueden salvarse muchas vidas. Sin embargo, hay tendencia al abuso de torniquetes por parte de los que prestan los primeros auxilios, lo que ha hecho que se pierdan miembros por su indebida aplicación.
Todo paciente que tenga colocado un torniquete debe ser tratado lo más pronto posible con el médico para que haciendo la hemostasia definitiva pueda sacarse la ligadura del miembro.
Cómo hacer un torniquete
Un torniquete ideal es el manguito neumático de un aparato de tomar la tensión arterial, en el cual se insufla aire hasta que cesa la hemorragia. Sin embargo, para hacer un torniquete se puede usar cualquier material que tenga por lo menos unos 2 1/2 cm de ancho o que pueda doblarse en una banda puede servir para hacer un torniquete, como por ejemplo una corbata un pañuelo grande, una toalla, un cinturón, etc.
Lo único que se tiene que hacer con esta banda suficientemente larga es rodear dos veces el miembro afectado por la hemorragia.
A menudo se usa un tubo de goma, del tipo utilizado para irrigador. Su uso es bastante satisfactorio y tiene la ventaja de hallarse con facilidad. Mejor, sin embargo, sería utilizar la banda chata de goma que mencionamos anteriormente, pues la presión se distribuye en una zona más ancha y se hace así menos probable de lesionar los tejidos blandos.
Es importante mencionar que no se debe usar cordel ni alambre para hacer un torniquete, pues lesionan los tejidos.
Dónde colocar un torniquete
Los lugares de elección para colocar el torniquete en el miembro superior y en el miembro inferior son respectivamente a un través de mano más abajo de la axila y a un través debajo de la ingle.
No obstante, no se debe colocar un torniquete donde el miembro tiene dos huesos (antebrazo y pierna), pues a menudo las arterias no pueden ser comprimidas satisfactoriamente en esa zona por hallarse protegidas en el espacio que separa los huesos.
Tampoco se puede colocar un torniquete en el tercio inferior del brazo, ya que puede comprimir y lesionar nervios importantes.
Cómo colocar un torniquete
Para colocar un torniquete en caso de hemorragias se tiene que seguir el siguiente procedimiento:
- Póngase debajo del torniquete un pañuelo o una toalla, o cualquier género que rodee el miembro en ese lugar, para proteger los tejidos blandos.
- Si se sabe dónde está la arteria principal, colóquese sobre la misma una almohadilla que puede ser un rollo de venda o que puede hacerse doblando un pañuelo, una toalla o cualquier género. De esta manera la presión que ejerza el torniquete predominará sobre el vaso principal.
- Si el torniquete no es de material elástico y es suficientemente largo, se puede dar una primera vuelta, bastante ceñida sobre el miembro, y una segunda vuelta que se anuda.
- Debajo de esa segunda vuelta, pásese una ramita, regla, lápiz, etc., que se retorcerá para que el torniquete ciña el miembro que sangra.
- Si no es bastante largo el torniquete, dése solamente una vuelta al miembro, pero dejándola lo suficientemente floja para que entre la piel y el nudo pueda pasar fácilmente la rama o lápiz. Téngase cuidado en este caso de que no se tome la piel en la torsión.
- Otra manera satisfactoria de colocar el torniquete es hacer un medio nudo después de rodear el miembro con el torniquete, poner el lápiz o palo encima del medio nudo y hacer un nudo completo por encima del mismo antes de comenzar a retorcer.
- En el caso de que el torniquete sea elástico, póngaselo ya tenso y pásese al final de la primera vuelta cruzando la banda de goma a unos 10 a 15 cm de su extremidad, con el fin de evitar que resbale.
- Pueden darse varias vueltas, aumentando o disminuyendo la tensión, hasta que se vea cesar la hemorragia. Únanse las dos extremidades del torniquete elástico con una pinza hemostática, un piolín o un broche para tender ropa.
Cuánto comprimir un torniquete
El torniquete en caso de hemorragia se tiene que comprimir solamente lo indispensable para hacer ceder el chorro de sangre arterial y el pulso por debajo del torniquete. Si se comprime menos, no impedirá la hemorragia arterial, deteniendo solamente la sangre venosa. Si se comprime más. pueden lesionarse la piel, los músculos y los nervios.
Hay que tener especial cuidado de no dejar colocado el torniquete más de 20 minutos seguidos. Si fuera necesario hacerlo, hay que aflojar unos instantes cada 15 o 20 minutos, para evitar que, por falta de nutrición, se produzca la gangrena del miembro donde se aplica.
A veces al aflojarlo se ve que la hemorragia no vuelve a aparecer, o que ha disminuido mucho, en cuyo caso bastará aplicar una curación compresiva sobre la herida. Cuando el paciente ha perdido mucha sangre y al aflojar al torniquete vuelve a sangrar, vuélvase a comprimirlo de inmediato.
Si hay que aplicar un torniquete a un herido como primer auxilio, habrá que fijarle una nota bien visible sobre las ropas dando cuenta de que se le ha aplicado un torniquete, para evitar que se lo deje olvidado, causando a veces daños.
Por supuesto, es sumamente importante que jamás se colocará un torniquete sobre el cuello para hacer cesar una hemorragia, pues la compresión que haga para cesar la hemorragia, aplastará al mismo tiempo la tráquea, asfixiando al herido.